Nutri-consejo n°44 - LLORA
Vivimos en tiempos de la psicología positiva, la cultura del éxito y el "puedes conseguir todo lo que te propongas", Mr. Wonderful y toda una religión de la (buena) imagen y del escaparate de las redes sociales.
Y está genial el buen humor, el optimismo, sentir alegría y compartirla. Porque cuando la compartes se contagia y haces la vida de los demás un poco más agradable.
Pero cuidado con no dejar salir también la tristeza. Cuidado con sentir que no tienes derecho a estar mal. Cuidado con sentirte culpable porque la ansiedad te comía durante el confinamiento en vez de aprender idiomas, cocinar pasteles, ponerte en forma o hacer manualidades. Cuidado con compararte con esas imágenes de felicidad desbordante que, en muchos casos, están ocultando mucha miseria.
Las emociones mal llamadas negativas son necesarias para poder gestionar los obstáculos que nos vamos encontrando y restaurar el equilibrio interno. Si te has quedado sin trabajo, patalea. Si has perdido a alguien o has roto una relación, haz un duelo. Si te han hecho daño, revuélvete. Si tienes miedo, tiembla. Acepta estos sentimientos y sácalos afuera. Dales su espacio.
Porque contrariamente a lo que pueda parecer, no son sinónimo de fracaso. Son sinónimo de VIDA. De vivir de verdad.
Así que llora. Llora lo que necesites, sin miedo de que otros lo vean. Porque lo que van a ver no es una persona derrotada. Lo que van a ver es una persona que se trata con respeto y con cariño. Y que es honesta consigo misma.
Y yo a eso no lo llamo derrota. Lo llamo TRIUNFO.
🏆
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